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So­lu­cio­nes

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Diese Seite ist Teil einer Ma­te­ria­li­en­samm­lung zum Bil­dungs­plan 2004: Grund­la­gen der Kom­pe­tenz­ori­en­tie­rung. Bitte be­ach­ten Sie, dass der Bil­dungs­plan fort­ge­schrie­ben wurde.

Luis Sepúlveda, Un viejo que leía no­ve­las de amor (M3.3_Sol)

Cómo somos. Bolívar entre los shuar

  1. In­ter­cam­bio in­ter­cul­tu­ral: “¿Cómo somos?”

    Lee las páginas 52 y 53 del texto. De­scri­be la acti­tud de Bolívar hacia la cul­tu­ra shuar y la acti­tud de los shuar hacia la cul­tu­ra an­di­na.

    De­scrip­ción de los shuar por An­to­nio J. Bolívar

    Reac­ción de los shuar

    simpáticos como una ma­na­da de micos

    hab­la­do­res como los pa­pa­gay­os bor­ra­chos

    gri­to­nes como los dia­blos
    (pág. 52, l.19-21)

    re­ci­ben las com­pa­ra­cio­nes con car­ca­ja­das y
    solt­an­do so­no­ros pedos de con­ten­to
    (pág. 53,l.1 y 2)
    preg­un­tan por el lugar de donde viene An­to­nio
     (pág. 53, l.3)

     



    ¿Cómo “es” en los Andes?

    ¿Cómo ven los shuar a la gente de la si­er­ra?

    Frío. Las mañanas y las tar­des son muy hela­das. Hay que usar pon­chos lar­gos, de lana y som­bre­ros.(pág. 53, l.4y 5)
    Con el frío, no po­de­mos bañarnos como uste­des, cuan­do quie­ren.(pág.53, l. 9/10)
    No hay monos en la si­er­ra, tam­po­co saínos.
    La gente no caza. ( pág. 53, l. 12/13)
    La gente come papas, maíz, pu­er­cos, gal­li­nas, cuy. (pág.53,l. 15/16)
    Tra­ba­jan desde que sale el sol hasta que se ocul­ta (pág. 53, l.19)

    Pi­ensan que los ser­ra­nos apes­tan, por­que cuan­do cagan, en­su­ci­an el pon­cho.(pág.53,l.6/7)

    Pi­ensan que en la si­er­ra hay monos y que estos lle­van un pon­cho.(pág. 53, l11)
    No saben lo que come la gente, por­que no caza.
    (pág.53,l. 14)
    Los shuar no com­pren­den lo que puede hacer la gente en la si­er­ra si no caza, pi­ensan que son ton­tos por­que tra­ba­jan todo el día.
    (pág.5, l.20/21)



     
  2. ¿Qué pue­des con­cluir de estos re­sul­ta­dos?

    Bolívar com­pa­ra a los shuar con ani­ma­les, pero de una ma­ne­ra amis­to­sa. Los shuar reac­cio­nan con humor y con cu­rio­si­dad. Les cu­es­ta ima­gi­nar­se cómo es la vida de los ser­ra­nos. Bolívar les ex­pli­ca en­t­on­ces cómo son los ser­ra­nos y de esta ma­ne­ra actúa de in­ter­me­di­a­rio in­ter­cul­tu­ral, ya que co­no­ce las dos cul­tu­ras muy bien.

  3. Com­pa­ra ahora las cos­tum­bres de los shuar con las cos­tum­bres eu­ro­peas en cuan­to a los si­gui­en­tes as­pec­tos. Refiérete también al texto ( pág. 51-67)

     

    tra­di­ción shuar

    tra­di­ción eu­ro­pea

    ropa andan se­mis­des­nu­dos
    (pág. 51,l.17)
    pan­ta­lo­nes, ca­misas....
    co­mi­da viven de la caza, cazan monos, aves rep­ti­les, saínos, dan­tas, gua­tusas, peces (pág. 51,l. 10- 15)
    frut­os co­mes­ti­bles
    (pág.50,l.5)
    comen frut­os y ani­ma­les como los pu­er­cos, las gal­li­nas y los peces
    cazar cazan con la cer­ba­ta­na y la lanza (pág.51,l.13-15) cazan con la esco­pe­ta
    hacer el amor se lavan, se ador­n­an y per­fu­man, en­t­o­n­an an­ents, poe­mas que de­scri­ben la bel­le­za de los cu­er­pos y la alegría del pla­cer. Es el amor puro sin po­se­sión ni celos.
     (pág.61,l. 21)
    según la tra­di­ción cris­tia­na hacer el amor es parte del ma­tri­mo­nio, el amor sin po­se­sión ni celos es algo más bien des­co­no­ci­do.
    Se cri­ti­ca la ma­ne­ra de hacer el amor de los aven­ture­ros con las indígenas, ya que éstos in­ten­tan mon­tar­las (pág. 97,l. 5/6)
    morir Los vie­jos de­ci­den la lle­ga­da de la hora de “mar­char­se”, in­vi­tan  a un festín y se du­er­men bajo el efec­to de la chicha en una choza le­ja­na con el cu­er­po cu­bier­to de miel para atra­er a las hor­mi­gas, al día si­gui­en­te los shuar re­co­gen sus hu­e­sos cantan­do an­ents.
    (pág. 60l.11-61,l.4)
    Los vie­jos no de­ci­den la hora de mar­char­se.
    Se mue­ren de en­fer­me­da­des, de vejez, ac­ci­den­tes (sui­c­idio).
    Los mu­er­tos han de re­ci­bir se­pul­tu­ra antes de des­com­po­ner­se.
    Tra­di­cio­nal­men­te son en­t­er­ra­dos o in­ci­ne­ra­dos.
    ll­orar Los shuar ll­oran cuan­do se ha mu­er­to una per­so­na o un ani­mal ( pág.63,l.16)
    Ll­oran por Bolívar y por el alma de Nushiño, por­que no con­siguió matar al bu­s­ca­dor de oro con la cer­ba­ta­na  y por­que por eso el alma de Nushiño no podrá irse. ( pág.66,l.18-pág. 67, l. 21)
    Los eu­ro­pe­os ll­oran por la mu­er­te de sus fa­mi­li­a­res o por otras des­gra­ci­as.


  4. Busca ahora en el capítulo aquel­los mo­men­tos o si­tu­acio­nes en las que Bolívar es “como uno de ellos”, pero no es “uno de ellos”.

    Su forma de vivir en la selva y su com­port­a­mi­en­to (re­spec­to a temas como la co­mi­da, la caza, la ropa) son idénti­cos a los de los shuar, pero, al no ser uno de ellos, Bolívar debe mar­char­se de vez en cuan­do para que los shuar lo echen de menos y se ale­gren de verlo vol­ver (p. 59, l. 14-p. 60, l.3).

    Al no ser uno de ellos, Bolívar no puede tener es­po­sas. Pero por ser como uno de ellos, los shuar le “pres­tan” al­gu­na es­po­sa, de modo que Bolívar pueda vivir el amor como los shuar. (p. 61, l.7-21)

    Al no ser un shuar, Bolívar in­tuye que se acer­ca el mo­men­to de vol­ver a El Idi­lio para morir como los ser­ra­nos, ya que se si­en­te in­ca­paz de ha­cer­lo como los shuar vie­jos (p. 63, l. 1-10)

    No es uno de ellos, pero al ser como uno de ellos Bolívar debería haber sido capaz de ven­gar la mu­er­te de Nushiño de acu­er­do al rito shuar. Al no con­se­guir­lo tiene que mar­char­se (p. 66, l.20-67, l. 23).

  5. Con la ayuda de los ejer­ci­ci­os an­te­rio­res, in­ter­pre­ta ahora la frase “era como uno de ellos, pero no era uno de ellos” (pág. 59, 18-19).

    A pesar de in­te­grar­se en la selva gra­ci­as a la ayuda de los shuar y de apren­der a vivir como ellos, Bolívar es ple­na­men­te con­sci­en­te de que no es uno de ellos, y así se lo re­cu­er­dan los shuar. Sólo hay un mo­men­to en el capítulo en el que Bolívar se si­en­te uno de ellos y parte in­te­gran­te de esas gen­tes y esa na­tu­ra­le­za, pero es una sen­sa­ción engañosa, ya que eso sólo ocur­re bajo el efec­to alu­ci­nan­te y alu­cinógeno de la na­te­ma (p.56, l.18 - p.57, l. 7). Por lo tanto, esa fron­te­ra entre el ser uno de ellos y ser como uno de ellos siemp­re está pre­sen­te.

    Bolívar no está a la al­tu­ra de los shuar cuan­do no con­sigue ven­gar la mu­er­te de Nushiño de acu­er­do al rito shuar. Al des­hon­rar­se de esta forma, debe aban­do­nar a los shuar. Estos bor­ran todo ras­tro de él (p. 67, l. 22-23: “Los shuar em­pu­ja­ron la canoa y en­se­gui­da bor­ra­ron sus hu­el­las en la playa”. Dicho con otras pa­la­bras, no sólo deja de ser como uno de ellos: Bolívar deja de ser para ellos.

  6. En pare­jas, re­to­mad ahora vu­e­stras re­fle­xio­nes de la preg­un­ta 3 en la ficha de tra­ba­jo M3.1. Tras el tra­ba­jo rea­lizado hasta ahora con este capítulo, ¿hay algún cam­bio en la per­cep­ción de vu­e­s­tra pro­pia iden­ti­dad cul­tu­ral?

    Re­s­pu­es­ta in­di­vi­du­al

 

So­lu­cio­nes: Her­un­ter­la­den [docx] [19 KB]

So­lu­cio­nes: Her­un­ter­la­den [pdf] [430 KB]